Siempre fue su nombre (III)

domingo, 28 de marzo de 2010


Si no hubiera esperado hasta el amanecer, no te habría visto tumbado en el cielo.

No habría visto una y otra vez tu imagen en mi recuerdo.
Todavía siento el rocío en mi piel.

Aún percibo el aroma del alba, el olor de un nuevo día.
Todas las noches pienso en recordarte, en volver a sentirte…

En no olvidarte…

Cada día al despertar, recuerdo ese momento…
Y vuelvo a cerrar los ojos, para tenerte de nuevo a mi lado.

Para sentir tu aliento,

Para recordar tu cuerpo,

Para no olvidarme de tu nombre.



Os voy a contar la historia de una niña.

domingo, 14 de marzo de 2010

Una niña, que todos los fines de semana, se levantaba bien pronto. Esperaba que su padre se marchara a trabajar, para abrir silenciosamente la puerta de su habitación, e ir de puntillas hasta la cocina, para calentarse leche con cacao y muy despacito con la taza de las manos, se sentaba en el sofá para ver sus dibujos favoritos, con la televisión muy, muy bajita, para no despertar a nadie.


Por la tarde, sin importar el tiempo que hiciera, salía con sus amigos a jugar.

Era la dependienta de la tienda de ultramarinos, que muy ingeniosamente habían acondicionado entre todos, bajo un puente; Corría hasta el agotamiento para que no la descubrieran mientras jugaban al escondite y antes de la merienda, montaba en todos los columpios del parque.

Sentada en unas escaleras de piedra, merendaba, mientras veía como los niños más pequeños del barrio e incluso alguno de su misma edad, se acercaban hacia donde ella estaba. Los veía sentarse delante, comiendo sus bocadillos y en sus miradas se reflejaba una inocente impaciencia, al saber, que hasta que no acabara de comer, no comenzaría a contarles esos “cuentos convertidos en historias”, que tanto les gustaban.

Ninguno se movía, ninguno dejaba de prestarla atención, vivían todas y cada una de las palabras que salían de la boca de esa niña, que ella acompañaba con sus gestos y con una gran imaginación. No querían que el cuento acabara, y cuando los amigos de esa niña regresaban, le pedían con voz triste que no se marchara y ella, con una sonrisa les decía que mañana les contaría más… Un día tras otro esos pequeñines, deseaban que llegara la hora de la merienda y buscaban incansables a esa niña, esperando que les volviera a embrujar con sus historias convertidas en cuentos

Quién sabe, puede que alguno de esos pequeños, haya llegado hasta éste blog y al leerlo, se han dado cuenta de que esa niña, aún sigue contando historias…

Gracias, por estar ahí.

A GRITOS (The reason)

sábado, 6 de marzo de 2010
Esta canción llegó por casualidad. La había escuchado antes, pero nunca le presté la suficiente atención, hasta que un día, simplemente, me deje llevar…




Y, cada vez que la escucho, me dan ganas de cantarla a gritos (total ya llueve con ganas), de llorar con cada palabra mientras la siento recorrer el nudo de mi garganta, de abrir los brazos esperando que esa melodía abrace mi corazón. Cada vez que la escucho, quiero disfrutarla y sentirla aún más, en la soledad de cualquier otro lugar que no esté cerrado por ladrillos y recuerdos.

Escuchadla y si sentís las mismas ganas, no dudéis en hacerlo.