Sin ti

lunes, 4 de junio de 2012

Gotas saladas abrazan mis ojos mientras el sol, tímido, rocía huecos mojados de las grises calles. 
Apoyada en el alfeizar de la ventana, sujeto mi rostro, viendo pasear al tiempo entre la gente que como todos los días, camina sin pensar, sujetando pesadas bolsas, charlando con las mismas personas, mirando sin ver, los brillantes colores que el cielo ilusionado refleja sobre el cemento.

Salada sonrisa me turba en silencio, al darme cuenta que sin querer me estoy olvidando de ti, al darme cuenta de que tú, nunca querrás recordarme.

Ruidosos colores suben sin esfuerzo la estrecha cuesta que mis pies mil veces han caminado y los miro, deseando saltar de esta ventana hacia ellos y volar subida en su caparazón brillante, esperando oler el mar, esperando así, encontrarte.

Pocos días me han separado de ti y entre fingidas palabras y cordiales alabanzas, construyo con ladrillos de papel, un inmenso muro que me proteja de los pasos que nos alejan, de los silencios que nos invaden, de las miradas, que ciegas, me rompen.

Gotas saladas que desbaratadas entre mis dedos recuerdan de nuevo tu rota voz e imaginan, cómo tus manos sujetan mi rostro y sueñan, cómo tus pardos ojos, fascinados, acarician la sonrisa que enamorada se rompe en mis labios.

Salada sonrisa ahogada entre gotas salíferas, perdida entre nubes blancas, cansada del silencio que la calla, olvidada y triste, por no sentir el batir de tus pestañas.