Siempre fue su nombre (II)

domingo, 28 de febrero de 2010

Lo único que me queda ahora, es mirar por la ventanilla del autobús e intentar que las lágrimas no se asomen para ver el paisaje.


Ni siquiera lo pensé, simplemente, lo hice.

Lavé mi cabello cuidadosamente y acaricié mi piel con esa aromática crema. Me vestí, después de probarme casi todo el armario. Rocié en pequeños lugares de mi cuerpo el sabroso perfume que duerme en la estantería de mi habitación.

Con el teléfono de la mano, nerviosa por no saber si llamar, me dirigí a la estación, decidida a montar en el primer autobús que me llevara a esa ciudad que tanto odio, esa ciudad que me causa estrés con sólo oír su nombre, esa ciudad que te tiene a ti.

Sonreí al llegar pero mis ojos entristecieron al ver que no me esperabas.

Imaginé una tarde perfecta y una noche idílica y en un segundo todo se desvaneció.

Buscaste alguien para que me acompañara y caminé por la ciudad, respirando hondo, tratando de que mis palabras no fueran mudas, agradeciendo con cada gesto y con cada mirada su sincera compañía.

Y al anochecer, te encontré y tú, deseaste perderte conmigo.

2 Deja un recuerdo:

  1. Glo dijo...

    Aunque no nos veamos sigo leyéndote. Es un placer, siempre
    besos

    martes, marzo 02, 2010 11:19:00 p. m.  

  2. Lequar dijo...

    Gracias cielo lindo!!!!yo también leo los tuyos, besos

    miércoles, marzo 03, 2010 4:15:00 p. m.  

Publicar un comentario