No quiero perder el norte.
Levanto cada mañana las persianas, esperando que el sol
ilumine y envuelva con su calor las coloridas estancias de mi hogar, que cada
día aún siendo tan radiantes siguen siendo grises cuando mis ojos las miran.
Revuelvo armarios, abro cajones, arrastro muebles, limpio
minuciosamente cada rincón, cada veta, cada espacio y lo único que consigo, es
ver cómo el maravilloso trabajo de tanto tiempo, dedicación y supongo que amor, se queda pegado en lo alto
de las paredes, arrugado, roto y con ese color a viejo que hace pensar que jamás
fue brillante y casi transparente.
Miro al norte, aún a pesar de que mis ventanas dan al sur.
Buscando el norte, esperando al sol...más fuerte que el acero, un sólo hilo...
Dejo que mis ojos se cieguen por la luz e imagino tanto que
casi noto como me abrazan sus rayos, cómo me susurran, cómo me alientan…pero si
no veo, no respiro y si no respiro, me ahogo y como hace tanto tiempo que no
nado pues me hundo…
…Y es tan difícil tejer telarañas bajo el agua…
0 Deja un recuerdo:
Publicar un comentario