Flor imperial

jueves, 5 de abril de 2012

Me retiro. El juego continuará sin mí, repleto de fichas descoloridas saltando de un lado a otro, tintineando sobre nerviosos dedos, intimidadas al sentirse observadas.

Me voy. Sabiendo que mi ausencia, llenará la mesa con nuevas manos dispuestas a ganar, mientras el humo revolotea sabiendo cual va a ser la próxima jugada.

Me retiro. Sabiendo así, que no perderé ninguno de mis pequeños triunfos.

Me voy. Sonriendo a mis oponentes, mientras mis cartas se desnudan ante todos sobre la mesa, siendo las ganadoras.

Me retiro. Sintiendo en la cara el calor de la pequeña llama que enciende mi cigarrillo, y que con su niebla, por un breve instante, oculta mi triunfal rostro ante la deseosa mirada del organizador de la partida.

Me voy. Estrechando la mano de mis oponentes, deseándoles una suerte que no les pertenece; deseándoles un final que jamás conocerán.

Me retiro, lentamente, contoneando mis caderas al ritmo de la música de mis tacones.

Me voy, sin mirar atrás, sabiendo que el camino lo marcará el insinuante aroma de mi perfume.

Me retiro, me voy, caminando sobre la mojada noche, buscando tras el aterciopelado cielo, la luz que ilumine el silencio de mi victoria.

Me voy, me retiro…escuchando sus firmes pasos, oyendo el leve tintineo de las monedas en sus bolsillos; sonriendo al saber, que yendo tras de mí, él también sonríe.

Me retiro, me voy…hasta la próxima partida…

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